El espacio público otra víctima del caos que vive Zipaquirá

Desde diferentes sectores del municipio, los vecinos de Zipaquirá denuncian el abandono de parques, alamedas, andenes, zonas verdes y mobiliario urbano.

El césped sin cortar que daña los adoquines, el mobiliario urbano despedazado y representando un peligro para los usuarios, y el abandono absoluto de los parques infantiles, son otros de los elementos que evidencian la triste realidad de Zipaquirá.

A la ciudad se le ve deteriorada y en espacios muy representativos como el Parque Villaveces, punto de entrada de los turistas a la Catedral de Sal, allí se observan los estragos.

El mobiliario urbano está destrozado y las bancas de concreto que acusan la falta de mantenimiento, hoy lucen las varillas de hierro a la vista y sus puntas amenazantes dejar ver la ocurrencia inminente de un accidente, como ya ha presentado en el pasado.

Otras imágenes corresponden al lamentable estado del parque de la Ciudadela La Arboleda en la carrera 22, muy cerca de la calle octava.

Este es el espacio público para el disfrute quienes residen en los conjuntos del sector, para niños y niñas que desean tener un rato de recreación en un escenario limpio, seguro y agradable.

Por ahora no lo encuentran en esas condiciones, y al contrario, su estado, como el de muchos similares, es francamente penoso.

«El abandono que se tiene por parte de la empresa de aseo de este parque. Aunque vienen a podar el pasto, los senderos que se deberían limpiar y mantener no se les hace nada y este es el estado», escribió un residente del sector.

Las comunidades también se quejan de la mala calidad de estas obras, que según el vecino denunciante fueron realizadas por las constructoras Capital y Galias.

Así está la ciudad que algunos llaman de manera ingenuamente, de los «Servicios y las oportunidades»