Zipaquirá En total contravía
El desorden que cualquier ciudadano se encuentra en la llamada ciudad de la sal verdaderamente impresiona.
Los conductores de automóviles particulares no tienen ningún problema en transitar parquear o parar donde les de literalmente la gana, lo mismo ocurre con motociclistas, ciclistas y peatones.
En un corto recorrido por las calles de la ciudad es muy fácil encontrarse con infractores de las normas de tránsito por montones, y es más, se ven todo tipo de infracciones, hasta las no imaginables.
La joya de conductor fue registrado hacia el medio día de este miércoles transitando literalmente en contravía por la carrera 19 en Zipaquirá, una vía principal por la que se movilizan centenares de vehículos de norte a sur únicamente.
El genio que conduce el vehículo no tuvo ningún inconveniente y sin vergüenza alguna se lanzó de frente a los vehículos que transitaban por la vía que opera en un solo sentido.
Pero al conductor no le importó. El atorrante se mantuvo en su propósito y contra las normas, la lógica y la sensatez se mantuvo torpemente en contrasentido poniendo en riesgo la vida de otras personas.
Pero no es el único ni el más descarado de todos pese a su gigante torpeza.
Por las carreras 22 y 23, qué recientemente vienen operando en un solo sentido por una decisión de la alcaldía, a toda hora se ven caprichosamente conductores, ciclistas y motociclistas llevando la contraria.
Y si lo hacen con tal frecuencia y descaro, es porque con seguridad no hay ninguna ley ni orden que les ponga en cintura.
La ciudad definitivamente se encuentra en un estado de total contravía.
Por todo lado es común encontrar a los diferentes actores viales parqueados en sitios no autorizados, transitando en contrasentido, y cometiendo todas las violaciones al Código Nacional de Tránsito.
Otro de los puntos neurálgicos en la movilidad de la ciudad, el cruce de Ave Colombiana, denominado por los frecuentes accidentes en algún momento como el cruce de la muerte, es otro monumental anti-ejemplo de la cantidad de irresponsables al volante que transitan por Zipaquirá.
Para empeorar el insoportable trancón que se forma por la llamada variante de Zipaquirá a Ubaté en ese punto, y que es otra de las nefastas consecuencias de la decisión de poner la 36 en un solo sentido, allí se puede ver el mejor homenaje a la torpeza humana.
Conductores que hacen cruces prohibidos, se detienen sobre la intersección, invaden el poco y feo espacio público que tienen los peatones, se pasan el semáforo en rojo, y cometen cualquier otro tipo de infracciones, también, sin que exista Dios ni ley que les reproche.
Que algún día alguien le ponga pare a semejante caos, porque Zipaquirá puede ser la Ciudad de la Sal, pero no es posible que tenga tan mala suerte como para que tenga que padecer todos los males.
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