VOX POPULI CUNDINAMARCA - mayo 22, 2020.
Un virus con mayor letalidad
En Colombia y el mundo entero, a finales del año 2019 surgió un virus que limitó las actividades y puso a la humanidad frente a un elemento incontrolable que invitó a la unidad familiar, a la reflexión personal, al aislamiento preventivo y a retomar valores que por el afán de la cotidianidad se habían dejado a un lado.
El Coronavirus ha sido el tema de todos los titulares de noticias en medios impresos, visuales y radiales. Sin embargo, en Colombia se debe revisar detenidamente el trasfondo de la pandemia.
El estado social de emergencia ha representado, desde el pasado 24 de marzo, una lucha por sobrevivir en una nación donde la prioridad del Gobierno en la cuarentena ha pasado de los auxilios sociales a la adquisición de 23 camionetas blindadas con un costo aproximado de $9.600 millones, y a la suscripción de un contrato con la Agencia Du Brands S.A.S por un valor de $3.350 millones para, entre otros fines, posicionar la imagen del presidente Iván Duque en redes sociales.
Y mientras esto sucede bajo el amparo de los muros de la Casa de Nariño, la población inerme recibe sin ningún tipo de contemplación los golpes de la emergencia social y económica, y se puede concluir que la Pandemia en Colombia es el aumento excesivo en las tarifas de los servicios públicos, un panorama que amplía la brecha económica a mediano y corto plazo para una sociedad que debe ajustar sus mengües ingresos frente a costos superiores a su capacidad de pago.
Pandemia en Colombia son los decretos de emergencia social que tienen en la cuerda floja el reconocimiento de las primas del primer semestre a los trabajadores que deben desde sus casas poner al servicio de la empresa para la que laboran todos los recursos con que cuentan para poder mantener sus empleos, y para aquellos que han tenido que presentarse a sus puestos de trabajo a pesar de las políticas de aislamiento preventivo y distanciamiento social.
Pandemia, es la pérdida de puestos de trabajo, es la falta de oportunidades, es en esencia, reconocer que el pueblo es la piedra en el zapato, y por ende debe recibir sin ningún tipo de contemplación todos los golpes económicos derivados del Coronavirus, mientras que los representantes de los poderes del Estado siguen indiferentes los acontecimientos, mirando por encima del hombro con displicencia e indiferencia a las pobres víctimas de un virus letal.