Gracias a Covid-19, el departamento ha vuelto a sus mejores tradiciones ancestrales.
En un departamento con amplia vocación agropecuaria, el trueque se ha convertido en la estrategia comercial más efectiva, inteligente, económica y conveniente.
El más reciente intercambio a CERO Pesos lo hicieron los alcaldes de Guasca y Sopó, que cambiaron los productos de sus campos para entregárselos a sus familias más vulnerables.
Sin tanto escándalo, ni afanes de protagonismo, y pensando verdaderamente en beneficiar a las familias que sufren por la pandemia, los alcaldes hicieron la transacción.
Fue un cambio de zanahoria, papá y mazorcas de Guasca, por tapabocas diseñados y fabricados por microempresarios de Sopó.
Este es el momento de ser solidarios, de compartir y de trabajar en equipo dijo el alcalde de Sopó Alejandro Rico, quien durante esta semana hace la entrega de 45 mil tapabocas puerta a puerta a cada uno de los hogares de su municipio.
Ya Cundinamarca la semana pasada había protagonizado dos ejercicios de TRUEUQE.
El primero y que hizo visible y posible esta inteligente estrategia fue entre Villapinzón y Villeta, cuyos alcaldes intercambiaron los productos de la tierrita: papa de Villapinzón por panela de Villeta. Usaron sus vehículos municipales y optimizaron el alcance de estos alimentos para las familias de sus paisanos.
Tomando este buen ejemplo, los alcaldes de Útica y Ubaté hicieron también su trueque. y acordaron un intercambio de la mejor panela de Colombia por el delicioso yogurth de la capital lechera de Colombia.
Estos tres casos ilustran verdaderas buenas prácticas de gobierno, y muestran tanto la creatividad de los mandatarios territoriales para administrar sus recursos, como la generosidad de los productores campesinos de Cundinamarca, y la fertilidad de nuestro grandioso y versátil territorio.