VOX POPULI CUNDINAMARCA - marzo 05, 2020.

De Ciudad Jardín sólo quedan «pajaritos en el aire»

Un grupo de familias de Zipaquirá comenzaron a construir desde 1993 su sueño de tener una solución de vivienda.

Y confiaron sus ilusiones en un ex concejal de Bogotá y Representante a la Cámara, que hizo su carrera política ondeando las banderas de la vivienda social, y que en 1996 ya era capturado por agentes del antiguo DAS. Adivinen acusado de qué delitos.

El célebre y nunca bien ponderado Mariano Enrique Porras, hizo rápidamente su tránsito desde las huestes políticas hasta los estrados judiciales para responder como presunto responsable de los delitos de estafa y urbanizaciones piratas.

Porras fue condenado a prisión por estas conductas, pero a las familias afectadas su nombre no se les va a olvidar nunca.

Con sus jugadas maestras y promesas embaucadoras, se ganó los votos y el dinero de miles de familias de incautos que le depositaron confianza y capital, en ciudades como Bogotá, Tuluá, los llanos orientales, y los más salados, en Zipaquirá.

Porras ilusionó a un grupo de familias de Zipaquirá con un supuesto proyecto de vivienda para el que vendió lotes a un millón de pesos en su momento, pero que no solo 30 años después no existe, sino que hoy fue el protagonista tácito de unas dramáticas escenas cuando el Juez Tercero Civil de Zipaquirá llegó al famoso lote de las “Algarra Navas”, para ejecutoriar una orden judicial dictada por el Tribunal Superior de Cundinamarca: Desalojo.

60 ingenuas familias todavía creían, tres décadas después, que hoy se podía producir un milagro. Pero no fue así, todo lo contrario. La cruda realidad les dio una bofetada contundente y tiró de un solo golpe sus sueños a la lona.

El 4 de marzo, el día de San Casimiro, lo van a recordar otros 30, 40, 50 años, y tal ves algunos el resto de sus vidas.

La inclemencia del sol hizo más insoportable la escena.  Como insoportable fue la diligencia.

La serena actitud del juez, la contundente de los abogados, y la impotente de los incautos.  Así quedó retratado este drama.

Estafados una vez, engañados otra vez, ignorados muchas veces.  Pero en cambio ahora, por lo menos tienen algo de certeza.

En pocos días verán caer sus 13 techos, y luego caerán las puertas, y las ventanas, los pisos, cocinas y sanitarios, y las paredes, las escaleras y los armarios.

El comienzo del final de la Asociación de Vivienda Ciudad Jardín ha tenido un capítulo literalmente lapidario.  

Para el miércoles 22 de abril de 2020 a las 9:00 am quedó fijada la continuación de la diligencia de entrega de los 13 inmuebles que se construyeron en el lote de las Algarra Navas, y que estaban ocupadas por familias de la Asociación Pro vivienda Ciudad Jardín de Zipaquirá.

El Juez Tercero Civil Municipal de Zipaquirá accedió a la petición humantaria, y decidió no terminar la diligencia de entrega en esta fecha.

Cuando el cineasta Sergio Cabrera se imaginó cada cuadro de su icónica película La Estrategia del Caracol, curiosamente publicada en 1993, en la misma época en la que se iniciaba esta tragedia de Ciudad Jardín, no se imaginó que un día la realidad superara la ficción.

paralelamente se estaba escribiendo en Zipaquirá, una historia «de película».

El 22 de abril estas 60 familias le podrán decir al juez, al tribunal y a los abogados: ahí tienen su casa pintada, porque a ellos verdaderamente, les pintaron pajaritos en el aire.

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